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costanza

Costanza (2019)

Texto y DramaturgiaCarlos Rodero
Basado en La Gitanilla
Una novela ejemplar de Miguel de Cervantes

Interpretada porFany Fuentes

Música: Jorge F. G. Gila
Escenografía y Vestuario
: Hajnalka Ándulka Tóth
Iluminación
: Váradi András
Voz y Dicción: Paloma De Pablo
Canto
: Heiter Melinda

Vídeo, Fotos y Diseño del cartel: Lucía Olivares

Asistencia de dramaturgia: Balassa Eszter
Asistente de dirección: Magos Eszter

Producción: MISERO PROSPERO Project
Producción Ejecutiva
: TWIN MEDIA

Puesta en escena y DirecciónCarlos Rodero

cartel de Costanza

Costanza, cartel de Lucía Olivares [2019]

VIDEO completo 

«Un divertido acercamiento al pasado desde la radical óptica del presente.»

«Un viaje lleno de sorpresas que nos mantiene atentos y nos hace cuestionar cuál es el valor de la ficción en nuestros días.»

A Morgana,
que se zambulle en la ficción como si le fuera la vida

Sinopsis

Celia era una reconocida traductora, especialista en la obra de Cervantes. Ahora vive en la calle, es una indigente. Con un ejemplar gastado de La Gitanilla, de Cervantes, la última obra en la que estaba trabajando antes de caer en desgracia, recorre las calles cantando en las esquinas para conseguir algo de dinero. En su vida actual hay algunos paralelismos con la historia de Preciosa, la gitanilla de Cervantes.

Trabaja para una vieja que la protege a cambio de quedarse con una parte de lo que consigue, tiene un amigo poeta que le deja sus poemas cada día en una papelera del parque y está secretamente enamorada de un excompañero de trabajo que ya no la reconoce y que ha ascendido notablemente en la escala social. Celia buscará inspiración y consuelo en la novela de Cervantes, y tratará de convertirla en una huida de su triste realidad. Buscará pasajes en la novela que la ayuden a seguir adelante, haciendo inmersiones en la ficción, lo que la llevará poco a poco a transformarse en el personaje de Cervantes, vivir por unos instantes en su época todas las cosas alegres y positivas que le van ocurriendo a la joven gitanilla. Poco a poco, Celia irá sumergiéndose más y más en la ficción hasta casi desaparecer por completo…

Dramaturgia
La ficción como máscara de la realidad

La obra muestra, a través de una triste ironía, cómo a veces nos valemos de la ficción para escapar de una realidad dolorosa. Es, en realidad, una constante cervantina. Y, como en Cervantes, el llegar a conseguir que esa ficción se instale en la realidad de forma definitiva y la sustituya, creando acaso una realidad nueva. Llegando así a la culminación de la ficción como realidad. Un deseo de superación, un deseo que lleva implícito la necesidad urgente de la supervivencia. Que quizá fue germinando lentamente en el pasado, cuando todavía no era útil y estalla en el presente cuando las circunstancias se han vuelto extremas. Y ya no es más un deseo reprimido, sino un deseo al que le ha llegado su momento y se libera con contundencia y exhuberancia.

Porque el personaje de Celia, en un intento entre cómico y desesperado, se aferra a una época anterior de su vida, de la que no quiere desprenderse. Es un personaje que ha experimentado un brutal cambio social. Y que, de alguna forma, consigue adaptarse a su nueva realidad, llegando a camuflarse con éxito entre la marginalidad. Sin embargo, todavía lucha para no perder del todo su identidad y para ello debe establecer una relación permanente con su interior. Busca en su interior, usando lo que le hace sentir segura: la ficción. Esta búsqueda, irónicamente, la arrastra a un torbellino que la irá alejando cada vez más de su referente.

 

Una recreación

No queríamos hacer un adaptación al uso de la obra de Cervantes para la escena. Sino más bien encontrar una forma de proyectarla en el presente, de manera que éste pudiera verse reflejado como en un espejo. Nos gusta más hablar de recrear la historia original o mejor, como se dice en el lenguaje musical, de transportarla a una nueva tonalidad. Pero tampoco queríamos hacer una actualización sin más, en la que se cuenta todo con elemntos actuales. Nos interesaba el contraste porque de esta manera pueden verse realzados los dos universos.

Del minimalismo extremo a la apoteosis barroca

Al presentar la realidad de Celia, hemos buscado la máxima desnudez. La idiosincrasia del escenario cervantino nos parecía barroca, no sólo por el lenguaje, en muchos momentos deliciosamente arcaizante, sino también por la historia en sí misma. Y ese barroquismo resultó ser la plataforma perfecta para expresar la huida del personaje, que vive incrustada en la mediocridad más apabullante. Sin embargo, como iremos viendo, las dos realidades también se van contaminando mutuamente.

Gitanos e indigentes

El primer reto fue la forma en la que tratar el tema de los gitanos. En este montaje, no nos interesaba hablar concretamente del mundo gitano. Tenemos la certeza de que Cervantes usó a los gitanos, sus costumbres e idiosincrasia, su posición social, como metáfora. Una metáfora que representaba el mundo de lo marginal. Y que le fue muy útil para desvelar las diferencias sociales. Al actualizar la obra, buscando referencias en la realidad actual, observamos como el mundo de los indigentes, los vagabundos sin techo de nuestros días, representaban con eficacia lo que significaba el mundo gitano en la novela original.

Paralelismos y contrastes entre Celia y Preciosa

Celia percibe paralelismos y contrastes entre su situación actual y lo que le pasa a la protagonista de la novela de Cervantes. Hay cosas que les pasan a las dos. pero también hay grandes diferencias entre una y otra. Celia es, en realidad, el polo opuesto de Preciosa. Y su historia no terminará bien como le pasa a la heroína de Cervantes. Es precisamente en ese contraste en el que Celia buscará consuelo y redención. Los paralelismos la confortan y la animan a convencerse de que tienen lo suficiente en común y los contrastes la empujan con fuerza a la identificación.

La interpretación
Un exorcismo íntimo

La actriz que encarna a Celia en el escenario, después de crear a la indigente de nuestros días, se desdobla en los personajes principales de la novela de Cervantes. Se convierte en Preciosa, en la abuela gitana, en el joven enamorado y en algún otro personaje puntual y secundario, desde la óptica de Celia. Es el monólogo de un personaje en el que aparecen otros en una especie de exorcismo teatral. De esta forma, no solo vemos el conflicto de Celia, sino también la historia de Preciosa que nos contó Cervantes.

El Texto
Un puente entre el presente y el pasado

El texto su mueve pues entre dos niveles.

El mundo de Celia, en el presente, situado en una metrópoli cualquiera, con un lenguaje sencillo y cotidiano, fácilmente reconocible por el público actual. Y el mundo de Preciosa, con ese castellano antiguo que podemos disfrutar en la lectura de la novela original. Sin embargo, ese castellano ha sido tratado de forma que, sin perder su sabor original, pueda senirse también cercano a un espectador de nuestros días. Se ha hecho también, a través de la selección de los pasajes y personajes que aparecen en la historia original, una composición fiel a la trama. Ésta no pierde su identidad, pero sí desaparecen aquellos aspectos que no eran útiles para la dramaturgia que intentamos explicar.

La puesta en escena
Máxima sencillez

Apostamos claramente por el trabajo actoral.

Por ello la actriz interpreta su monólogo y lleva a cabo el exorcismo del personaje en un espacio prácticamente vacío. En la oscuridad de la noche, enfrente de una estación de tren, hay un cubo de basura. Al otro lado del escenario, debajo de unas mantas, entre cartones, parece que duerme alguien. Quizá en la pared del fondo pueda verse una proyección algo abstracta de una pared de ladrillo y una sucia cristalera. En la desnudez de este espacio, las voces de los personajes que se van encarnando, sus historias y la tragedia casi cotidiana de su protagonista adquiere una dimensión casi ritual. El trabajo de la actriz se ha enfocado también como una provocación que pretende invocar constantemente imágenes en el espectador.

La música

La música también muestra los dos niveles principales de la obra. Celia se gana la vida cantando en la calle. Lleva su aparato, pone la música y canta para la gente que pasa por allí. Son canciones de la cultura pop española, muy conocidas, que sutilmente encajan con los distintos momentos que atraviesa el personaje. Luego, en las inmersiones de Celia, cuando se adentra en la obra de Cervantes, aparecen canciones clásicas del renacimiento español. Han sido cuidadosamente elegidas y adaptadas. La música y las letras, no solo con una función dramatúrgica concreta, sino también para dar sabor y ayudar al espectador en esos viajes de la protagonista al pasado.

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